martes, 8 de abril de 2008

Ulfilas

Ulfilas

Ulfilas

Ulfilas o Wulfila (que quizá significa “pequeño lobo”) (alrededor de 310 - 388) fue un obispo, misionero, y traductor godo que pasó cierto tiempo en el Imperio Romano cuando el arrianismoEusebio de Nicomedia, tras lo que volvió a su pueblo para ejercer de misionero. Ulfilas tradujo la Biblia del griego al idioma gótico. Con este fin desarrolló el alfabeto gótico. Han sobrevivido fragmentos de esta obra, que se conoce con el nombre de Codex Argenteus, y se conservan en la Biblioteca Universitaria de Uppsala, Suecia. era la corriente religiosa dominante. Ulfilas fue ordenado obispo por Ulfilas convirtió a muchos de los visigodos y ostrogodos predicando las doctrinas arrianas, que cuando llegaron al Mediterráneo occidental les separaron de sus vecinos católicos, mucho más numerosos.

Fuentes históricas

El estudio de la vida de Ulfilas se basa en cinco fuentes primarias. Dos fueron escritas por autores arrianos y tres por autores de la tradición nicena.[1]

Hay diferencias importantes entre los relatos según se consulten las obras de una u otra corriente. Las fuentes arrianas muestran a Ulfilas como un arriano desde la niñez. Según estas fuentes, fue ordenado obispo alrededor de 340 y predicó a los godos durante siete años en la década de 340. Entonces se trasladó a Moesia (en el Imperio Romano) bajo la protección del Emperador arriano Constantino II. Más tarde asistió a varios concilios y participó mucho en los debates religiosos de su tiempo. Fijan la fecha de su muerte en 383.

Los testimonios de los historiadores nicenos difieren en muchos detalles, pero el cuadro general es parecido. De acuerdo con estas fuentes, Ulfilas fue ortodoxo durante su niñez y juventud. Se convirtió al arrianismo alrededor de 360 a causa de la presión de los poderes eclesiásticos y gubernamentales favorables al arrianismo. Las fuentes difieren al atribuir a Ulfilas la conversión de los godos. Socrates Scholasticus le concede un papel menor, atribuyendo la conversión masiva de los godos al jefe Fritigerno, que se convirtió al arrianismo como signo de gratitud por el apoyo militar del emperador Valente I, que era, justamente, arriano. Sozomen otorga un mayor peso en la conversión a Ulfilas, aunque reconoce también el papel desempeñado por Fritigerno.

Por muchas razones, los eruditos modernos confían más en los testimonios arrianos que en los nicenos. Ausencio era el más cercano a Ulfilas y por lo tanto seguramente tuvo acceso a información más fiable. Los testimonios nicenos difieren demasiado entre ellos como para facilitar la identificación de una versión común. Sin embargo, a principios del siglo XIX todavía sigue vivo el debate sobre la reconstrucción de la vida de Ulfilas.

El Credo de Ulfilas

El credo de Ulfilas, como se adjunta en una carta elogiándole escrita por su discípulo el escitaAusencio de Durostorum (moderna Silistra) en el Danubio, que pasó a ser obispo de Milán, es una clara declaración de los principios centrales del arrianismo, que separan a Dios padre (“inmortal”) del segundo, el dios menor, Cristo (“unigénito”), que nació antes que el tiempo y creó el mundo, y el Espíritu Santo, creado por el Padre a través de su Hijo:

Creo que sólo hay un Dios Padre y en su Hijo unigénito, nuestro Dios y Señor, creador y hacedor de todas las cosas, como el que no hay nadie. Por lo tanto hay un Dios de todo, que es también Dios de nuestro Dios, y creo en el Espíritu Santo como un poder iluminador y santificador. Como Cristo dice tras la resurrección a sus Apóstoles: “Y he aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros: mas vosotros asentad en la ciudad de Jerusalem, hasta que seáis investidos de potencia de lo alto” (Lucas, 24.49) y después “Mas recibiréis la virtud del Espíritu Santo que vendrá sobre vosotros; y me sereís testigos en Jerusalem, en toda Judea, y Samaria, y hasta lo último de la tierra” (Hechos 1.8) Ni Dios ni Señor, sino el ministro de Cristo; no igual, pero sujeto y obediente en todas los aspectos al Hijo. Y creo que el Hijo está sujeto y obedece en todo a Dios Padre.

La carta de Ausencio, que rechazaba vehementemente que Ulfilas fuese un hereje, está preservada en una copia de De fide, de Ambrosio.

Apóstol de los godos

Ulfilas, apóstol, misionero, traductor de la Biblia e inventor de un alfabeto, probablemente nació en el año 311 y murió en Constantinopla en el 380 ó 381. Aunque Ulfilas era en lenguaje y simpatías totalmente godo, su familia no era de ascendencia teutónica; él era el hijo menor de unos cristianos oriundos de Capadocia capturados por los godos, en el reinado de Valeriano y Galieno, en una de sus incursiones por Asia Menor en 257-8 y llevados cautivos al otro lado del Danubio.

En Constantinopla

Siendo joven fue enviado a la ciudad de Constantinopla acompañando una embajada enviada a territorio romano; en esa ciudad desempeñó las funciones eclesiásticas de lector y a la edad de treinta años (341) fue consagrado obispo por el célebre obispo arriano Eusebio de Nicomedia.

Inventando un alfabeto

Poco después de su ordenación volvió a Dacia y durante los restantes cuarenta años de su vida trabajó entre sus paisanos los godos como misionero. Los primeros ocho o diez años los pasó en Dacia, pero una persecución pagana le obligó, con muchos otros cristianos, a tomar refugio en Moesia. Durante este período de su vida concibió la idea de traducir la Biblia a la lengua gótica, lo cual suponía tener que inventar un alfabeto. Su familiaridad con el griego le ayudó en ese objetivo pues solamente tuvo que tomar prestadas algunas letras de otras fuentes como el rúnico o el romano.

El historiador cristiano Sócrates, en su Historia Eclesiástica, registra lo siguiente:

'Ulfilas, su obispo en aquel tiempo, inventó las letras góticas y tradujo las Sagradas Escrituras a su lengua, con el fin de instruir a esos bárbaros en los oráculos divinos.' (Sócrates, Historia de la Iglesia 4:33)


Mapa de los alfabetos asociados al cristianismo

Traduciendo la Biblia al gótico

A pesar de sus muchas actividades, Ulfilas tradujo

"todos los libros de la Escritura con excepción de los libros de Reyes, que debido a sus relatos militares, Ulfilas omitió dada la afición de los godos a la guerra y con la idea de refrenar sus instintos guerreros." (Filostorgio, Historia eclesiástica II, 5).

Los libros del Antiguo Testamento fueron traducidos de la Septuaginta, los del Nuevo Testamento del griego, siguiendo la recensión de Luciano.


Página de la Biblia de Ulfilas

De la Biblia gótica de Ulfilas han sobrevivido restos importantes; del Antiguo Testamento se conservan algún fragmento de Génesis, de un Salmo y pasajes de Nehemías, pero del Nuevo Testamento tenemos porciones de los evangelios en el Códice Silver que data del siglo V y casi todas las cartas de San Pablo en el Códice Milanese.

Tras la muerte de Ulfilas los presbíteros godos Sunnias y Fretela, que mantenían contacto con Jerónimo acerca del verdadero significado de algunos pasajes de los Salmos, realizaron una revisión del Salterio veinte años después.

Se puede considerar en conjunto la Biblia de Ulfilas un monumento insigne de la lengua germánica.

Ulfilas y el arrianismo

Ulfilas asistió al sínodo de Constantinopla en el año 360 en el que Acacio logró imponer su credo que se quedaba a medio camino entre la tesis arriana y la ortodoxa. Desgraciadamente la carrera de Ulfilas quedó marcada por su adherencia a la herejía arriana, si bien se puede decir en su descargo que cuando llegó a Constantinopla las dos únicas tendencias existentes eran la postura arriana y la semi-arriana, si bien Ulfilas persistió hasta el final en el error arriano.


Juan 17:20-26 en gótico

Influencia de la Biblia de Ulfilas

Las labores de Ulfilas no sólo influyeron en los godos sino también en otros pueblos teutónicos y su trabajo misionero entre los primeros fue vital para ayudar a preservar el cristianismo dentro de las fronteras del Imperio Romano en el momento de la invasión. Cuando los godos irrumpen a oleadas en el Imperio, no vienen como paganos enemigos del cristianismo sino como gentes que ya lo conocen, al menos en la forma que les predicó Ulfilas. A este respecto es digno de mención lo que dice Agustín de Hipona:

"¿O es que no son enemigos encarnizados de Cristo aquellos romanos a quienes los bárbaros, por respeto a Cristo, les perdonaron la vida? Testigo son de ello los santuarios de los mártires y las basílicas de los apóstoles, que en aquella devastación de la gran urbe acogieron a cuantos en ella se refugiaron, tanto propios como extraños. Allí se moderaba la furia encarnizada del enemigo; allí ponía fin el exterminador a su saña; allí conducían los enemigos, tocados de benignidad, a quienes, fuera de aquellos lugares, habían perdonado la vida... Pero de hecho los bárbaros, en su ferocidad, les han perdonado la vida, contra el estilo normal de las guerras, por respeto al nombre de Cristo..."
(La Ciudad de Dios I, 1)

Y de nuevo el mismo argumento:

"El que... el salvajismo de los bárbaros se haya mostrado blando hasta el punto de dejar establecidas, por elección, las basílicas más capaces para que el público las llenase y evitaran la condena, se lo debemos al nombre de Cristo: allí a nadie se atacaba; de allí nadie podía ser llevado preso; a sus recintos los enemigos conducían por compasión a muchos para darles la libertad; allí ni la crueldad de los enemigos sacaría cautivo a uno solo. Todo esto, repito, se lo debemos al nombre cristiano, esto se lo debemos a la época del cristianismo."
(op. cit. I, 7).

Igualmente el historiador Paulo Orosio, contemporáneo de aquellos sucesos, cuenta cómo Alarico, aunque de profesión arriana, respetó a Roma, como sede de la cristiandad y ordenó a sus soldados se moderasen en la matanza y respetasen los templos y a las personas que en ellos se cobijasen. De esta manera salvaron su vida no sólo muchos cristianos sino también muchos paganos. Probablemente la Historia no hubiera sido la misma si esos pueblos invasores no hubieran conocido la Biblia de Ulfilas, de ahí que haya sido llamado el Moisés de los godos.

Honores

El Glaciar Wulfila de la Isla Greenwich de las Islas Shetland del Sur, en la Antártida, fue nombrado en su honor.

Notas y referencias

  1. Se puede encontrar una discusión y evaluación de las fuentes en Hagith Sivan, "Ulfila’s Own Conversion," Harvard Theological Review 89 (Octubre 1996): p. 373-86.

Enlaces externos

Fuentes:

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