sábado, 12 de abril de 2008

¿ Existió alguna vez la nada? (IV)

Nota: ésta es una continuación del artículo titulado ¿Existió alguna vez la Nada? (III)

Las ideas básicas plasmadas en esos estudios son las siguientes:

(1) Nunca ha existido la Nada Absoluta. Si hubiera existido, hoy día seguiría existiendo. Pero existe Algo Más. Por ejemplo, tú.

(2) Dado que nunca ha existido la Nada Absoluta, siempre hubo un momento en que existía algo. A este algo lo llamamos el Algo Eterno. El Algo Eterno no tiene principio ni final, no tiene ninguna necesidad que no pueda satisfacer por sí solo, y siempre será superior a cualquier cosa que cree.

(3) El Algo Eterno no es una máquina, controlada o programada por alguna fuerza ajena a él. Además, el Algo Eterno no creará por necesidad, dado que no tiene necesidades. Por consiguiente, si crea Algo Más, debe decidir hacerlo. Esto quiere decir que el Algo Eterno tiene una voluntad; es decir, que es personal. Por consiguiente, el Algo Eterno debe ser en realidad un Alguien Eterno (o Algunos).


Prosigamos. ¿Qué podemos saber sobre ese Alguien Eterno, aparte de lo que ya hemos dicho? (Ahora es necesario pasar de emplear Algo a Alguien, dado que el Algo Eterno es un Alguien Eterno. Optamos por «él», aunque en este argumento el género no es determinante).

Dado que el Alguien Eterno no tiene ninguna necesidad que no pueda satisfacer por su cuenta, puede existir sin necesidad de disponer de ningún tipo de entorno, porque ya existía cuando no había nada aparte de él. Todo entorno estaría fuera de él, y por tanto tendría que ser creado. Pero lo único que existe es él.

Entonces, es probable que el Alguien Eterno sea trascendente, lo cual quiere decir que puede existir fuera del tiempo y el espacio, dado que no está limitado por ellos. Él ha existido eternamente, por lo cual está fuera del tiempo. Y existe sin necesidad de que haya un entorno, de modo que está fuera del espacio. Al trascender el tiempo y el espacio, es posible que el Alguien Eterno sea lo que llamaríamos invisible. Lo único que es visible es lo que ocupa un espacio. Si algo está fuera del espacio, ¿cómo se puede ver? Por eso es probable que el Alguien Eterno sea invisible y pueda existir sin necesidad de ningún tipo de cuerpo o forma.

Por seguir con el argumento, imaginemos que el Alguien Eterno decide crear Algo Más o, mejor dicho, a Alguien Más. El Alguien Eterno decide crear a Alguien Más que sea como él en ciertos aspectos. Como él, ese Alguien Más tendrá conciencia de sí mismo, que es una faceta necesaria para tener voluntad. De modo que el Alguien Más tiene una personalidad y una voluntad.


¿Qué podemos descubrir sobre este Alguien Más? ¿Estará fuera del tiempo? No, porque el Alguien Más no ha existido eternamente. El Alguien Más tendrá un principio, lo cual significa que estará limitado por el tiempo.

Recuerda que todo lo que cree el Alguien Eterno será inferior en lo relativo al tiempo y al espacio. Eso es inevitable. De manera que, aunque el Alguien Más existiera para siempre en el futuro, seguiría teniendo un principio en el tiempo. De hecho, su temporalidad se encuadraría en la temporalidad (infinita) del Alguien Eterno.

¿Y qué hay del espacio? Ese Alguien Más, ¿estará limitado por el espacio? Sí. El único que puede existir sin ningún tipo de entorno es el Alguien Eterno. El Alguien Más necesitará un entorno en el que existir, pero, ¿cuál será? Piensa en el espacio como si fuera tiempo. El Alguien Más existe dentro de la temporalidad del Alguien Eterno. De forma parecida, el Alguien Más existirá dentro de la «espacialidad» del Alguien Eterno.

El Alguien Eterno trasciende el espacio. Así, de igual manera que está en todos los puntos del tiempo, es omnipresente en el espacio. De manera que, cuando se cree el Alguien Más, existirá dentro del tiempo y el espacio del Alguien Eterno. áEl Alguien Eterno es el entorno dentro del cual existirá el Alguien Más! De modo que ahora tenemos a un Alguien Más, y al Alguien Eterno que existe a su alrededor. Pero aquí hay un problema. El ser creado no puede ver al Alguien Eterno, dado que éste trasciende el espacio. No ocupa un punto espacial, porque todo él es espacio. Para verle, sería necesario poder ver todo el tiempo y el espacio, lo cual es imposible.

O sea, que el Alguien Más no puede detectar al Alguien Eterno. Por tanto, ¿qué debe hacer ese Alguien Eterno si quiere que Alguien Más lo detecte? Debe abandonar su trascendencia. Debe renunciar, hasta cierto punto, a esa trascendencia. ¿Eso es posible? Sí.


Recuerda que el Alguien Eterno puede hacer cualquier cosa. Por eso le sería posible hacer que el Alguien Más le detectara, es decir, abandonar la trascendencia. ¿Cómo?

En nuestro mundo detectamos la presencia de otros por medio de la vista, el olfato, el tacto, el gusto y el oído. Si el Alguien Eterno diera a Alguien Más la capacidad de ver u oír, por ejemplo, ese Alguien Eterno podría (1) aparecer bajo una forma visible; (2) hablar a Alguien Más; o (3) hacer ambas cosas al mismo tiempo. Ésas serían maneras de «des-trascender», de manera que Alguien Más pudiera detectar a Alguien Eterno.

Recuerda que el Alguien Más ha sido creado. Es decir, que está limitado por el tiempo y el espacio. Sea cual fuere su composición (naturaleza), será detectable en el tiempo y el espacio. Por consiguiente, lo único que tiene que hacer el Alguien Eterno es asumir cualquier forma que le conceda al Alguien Más. Ésa es una manera de hacerse perceptible.

Pero aquí surge una pregunta: si el Alguien Eterno sale de la trascendencia para ser detectable, ¿será todo su ser el que «des-trascienda»? áNo! En ese caso quedaría una parte de sí mismo que no conocería nadie. Aunque pudiera divulgar muchas cosas acerca de sí mismo, su esencia (es decir, él mismo en su trascendencia), el Alguien Más no podría conocerle ni comprenderle plenamente.


Lo interesante es que la hipótesis planteada hasta ahora es exactamente lo que vemos en la Biblia. Somos como el Alguien Más. Estamos limitados por el tiempo y el espacio. Sin embargo, Dios es el Alguien Eterno. Y salió de la trascendencia en la persona de Jesucristo. Para saber más, sigue leyendo...

Dios es el Alguien Eterno. Siempre ha existido y siempre existirá.

Antes que los montes fueran engendrados, y nacieran la tierra y el mundo, desde la eternidad y hasta la eternidad, tú eres Dios. (Salmos 90:2)
¿Acaso no lo sabes? ¿Es que no lo has oído? El Dios eterno, el SEÑOR, el creador de los confines de la tierra no se fatiga ni se cansa. Su entendimiento es inescrutable. (Isaías 40:28)
Así dice el SEÑOR, el Rey de Israel, y su Redentor, el SEÑOR de los ejércitos: "Yo soy el primero y yo soy el último, y fuera de mí no hay Dios." (Isaías 44:6)
Pero el SEÑOR es el Dios verdadero; El es el Dios vivo y el Rey eterno. (Jeremías 10:10)
Jesús les dijo: "En verdad, en verdad os digo: antes que Abraham naciera, yo soy." (Juan 8:58)
Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por los siglos. (Hebreos 13:8)
Yo soy el Alfa y la Omega--dice el Señor Dios--el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso. (Apocalipsis 1:8)
"Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último, el principio y el fin." (Apocalipsis 22:13)

Dios es invisible.

Nadie ha visto jamás a Dios; el unigénito Dios, que está en el seno del Padre, El le ha dado a conocer. (Juan 1:18)
Dios es espíritu. (Juan 4:24)
Por tanto, al Rey eterno, inmortal, invisible, único Dios, a El sea honor y gloria por los siglos de los siglos. (1 Timoteo 1:17)
[Dios es] el bienaventurado y único Soberano, el Rey de reyes y Señor de señores; el único que tiene inmortalidad y habita en luz inaccesible; a quien ningún hombre ha visto ni puede ver. A El sea la honra y el dominio eterno. (1 Timoteo 6:15-16)

En cierto sentido, existimos dentro de Dios porque Dios está en todas partes, y sin embargo es distinto a nosotros.

¿Adónde me iré de tu Espíritu, o adónde huiré de tu presencia? Si subo a los cielos, he aquí, allí estás tú; si en el Seol preparo mi lecho, allí estás tú. (Salmos 139:7-8)
"El Dios que hizo el mundo y todo lo que en él hay, puesto que es Señor del cielo y de la tierra, no mora en templos hechos por manos de hombres, ni es servido por manos humanas, como si necesitara de algo, puesto que El da a todos vida y aliento y todas las cosas; y de uno hizo todas las naciones del mundo para que habitaran sobre toda la faz de la tierra, habiendo determinado sus tiempos señalados y los límites de su habitación, para que buscaran a Dios, si de alguna manera, palpando, le hallen, aunque no está lejos de ninguno de nosotros; porque en El vivimos, nos movemos y existimos, así como algunos de vuestros mismos poetas han dicho: 'Porque también nosotros somos linaje suyo.'" (Hechos 17:24-28)

Dios puede hacer todo lo posible.

"¿Hay algo demasiado difícil para el SEÑOR?" (Génesis 18:14)
Nuestro Dios está en los cielos; El hace lo que le place. (Salmos 115:3)
"Yo soy Dios, y no hay ninguno como yo, que declaro el fin desde el principio y desde la antiguedad lo que no ha sido hecho. Yo digo: 'Mi propósito será establecido, y todo lo que quiero realizaré.'" (Isaías 46:9-10)
"Para Dios todo es posible." (Mateo 19:26)
"Porque ninguna cosa será imposible para Dios." (Lucas 1:37)

Es posible que Dios «des-trascienda». Puede revelarse adoptando forma humana.

En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios.
Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros.
(Juan 1:1, 1:14)
Les escribimos a ustedes acerca de aquello que ya existía desde el principio, de lo que hemos oído y de lo que hemos visto con nuestros propios ojos. Porque lo hemos visto y lo hemos tocado con nuestras manos. Se trata de la Palabra de vida. Esta vida se manifestó: nosotros la vimos y damos testimonio de ella, y les anunciamos a ustedes esta vida eterna, la cual estaba con el Padre y se nos ha manifestado. (1 Juan 1:1-2; DHH)
El [Jesús] es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Porque en El fueron creadas todas las cosas, tanto en los cielos como en la tierra, visibles e invisibles; ya sean tronos o dominios o poderes o autoridades; todo ha sido creado por medio de El y para El. (Colosenses 1:15-16)
El es el resplandor de su gloria y la expresión exacta de su naturaleza. (Hebreos 1:3)
Haya, pues, en vosotros esta actitud que hubo también en Cristo Jesús, el cual, aunque existía en forma de Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse, sino que se despojó a sí mismo tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres. Y hallándose en forma de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. (Filipenses 2:5-8)

Cuando Dios «des-trasciende» esto no lo explica todo sobre él, y sin embargo sigue siendo Él mismo.

"El Padre es mayor que yo." (Juan 14:28)
"Yo y el Padre somos uno." (Juan 10:30)
"El que me ha visto a mí, ha visto al Padre." (Juan 14:9)
¿Te gustaría conocer a este Dios? Si es así, descubre cómo...

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